Esa
semana pasó volando entre preparar papeles, ropa y sobretodo entre
despedidas. Sabia que en Barcelona dejaba parte de mi vida, mis
amigos, mi familia, mis lugares...Pero sin duda la despedida más
emotiva fue la noche anterior a partir, con mi madre y mi hermana de
12 años. Nos pelábamos día si día también, pero sabia que la iba
a echar de menos al igual que a mis padres.
El
día llegó, mi padre y yo montamos en el coche y fuimos a por
Sergio. Nadie habló durante el viaje, se notaban los nervios, ambos
sabíamos que a partir de ahora dependíamos de nosotros mismos y
nada más.
Nos
despedimos de mi padre y subimos al avión. Mi asiento estaba al lado
de la ventana, me puse los auriculares y me evadí de mi alrededor
durante el viaje.
Al
llegar un hombre llevaba un cartel con nuestros nombres, el mismo que
nos llevó a nuestra nueva casa. Al entrar Sergio y yo sonreímos,
vimos un salón muy grande y separada con una especie de barra se
encontraba la cocina, también bastante grande y con una mesa en este
caso un poco mas pequeña. Pero lo mejor estaba por llegar. Subimos
las escaleras cargados con las maletas y nos encontramos en un largo
pasillo con 6 habitaciones, en 5 de ellas en la puerta colgada un
cartel con distintos nombres. Los nuestros estaban al final del
pasillo enfrentados el mio a la izquierda y el de Sergio a la
derecha. Cuando abrí la puerta no me lo podía creer, mi habitación
era preciosa. Era amplia y ahora entendía porque en la solicitud
preguntaban nuestro color favorito. Las paredes eran azul celeste y
la cubierta de la cama de un azul más intenso con detalles en lila,
esta se encontraba centrada en la pared. Justo en frente de la puerta
podía ver un ventanal con vistas a una piscina y una terraza con
unas cuantas tumbona. En la pared de la izquierda estaba el
escritorio donde se encontraba un ordenador de sobremesa un enorme
corcho y una pizarra.
Sergio
entró en la habitación y yo aun no había descubierto la al lado
derecho de la cama, cada habitación tenia su propio baño.
-Veo
que te ha gustado la habitación ¿No Nere?
-¿Pero
que pregunta es esa? Claro que me gusta ¿Y a ti la tuya?
-Buah,
me encanta es como esta pero con las paredes verdes, habrá que
darles nuestro toque personal.
-Eso
está claro!
De
repente oímos ruidos abajo y los dos bajamos rápido a ver que
pasaba. Dos chicas y un chico estaban en el salón mirándolo todo
como habíamos hecho nosotros antes.
-Hola,
me llamo Nerea- Dije bajando las escaleras.
-Yo
soy Sergio.
-Hola
o me llamo Alicia- Se acercó y nos dio dos besos a cada uno. Alicia
era una chica guapísima, rubia y con unos ojos increíblemente
azules.
-Yo
soy Laura- Dijo una chica de pelo corto, más o menos por los hombros
y de un negro intenso al igual que sus ojos.
Por
último se acercó el chico. Era alto, tenia el pelo castaño, lo
llevaba de punta y sus ojos eran de un verde muy bonito. Tras darme
dos besos y un apretón de manos a mi amigo se presentó:
-Mi
nombre es Carlos, encantado.
Todos
procedíamos de distintas partes de España y al instante conectamos
muy bien. Todos subimos a empezar a deshacer nuestras maletas y la
hora de cenar nos reunimos todos en la cocina.
-Bueno,
la nevera esta vacía a ver que cenamos- Dijo Carlos.
-Porque
no pedimos unas pizzas- Propuse.
A
lo que todos aceptaron.
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